Con el cincel de mi imaginación voy extrayendo la silueta de tu cuerpo del espacio vacío y ya pronto es perceptible de manera clara el primer esbozo de ti, aún borroso, pero autónomo de la realidad que lo circunda. Apenas esas formas son perceptibles comienzo a recorrer tu pseudocuerpo de pies a cabeza comenzando a colorear las diferentes tonalidades de tu piel, que probablemente hasta tú misma desconozcas, el imperceptible rubor de tu rostro, la claridad de las palmas de tus manos, el característico fulgor del interior de tus muslos. Añado aquí y allá los infinitos matices de tu cuerpo, las levísimas imperfecciones de tu piel, el abrupto recorrido lento por tus poros, el vello donde es necesario, las insinuadas costillas que forman la parte delantera de tu tronco, tus senos sobre éste último, la firmeza de tu cuello ahí en lo alto, el perfecto descenso de tus cabellos. Dejo para el final aquello que te define como indefinible: la tersura de tu piel, la infinita suma de tus miradas, el olor de tu aliento, el carácter amortiguador de tus labios, la inflexión de tu voz y tu sonrisa, sobre todo tu sonrisa, empática, que hace que de los labios que enmarcan la mía surja la palabra "Eva, Eva, Eva" repetida ad infinitum como un mantra. Sonidos que te conjuran bajo el manto de una noche cualquiera y que suenan y se mantienen suspendidos en el aire, que llegan hacia ti y que traspasan tu recién creada existencia, que se parecen a una lengua arcana, anterior a cualquier lengua y que suenan a música tal vez, y que posiblemente solo yo conozca, que sin duda solo yo conozco, que solo yo conozco, que yo conozco, que creo que conozco, que pronuncio con la seguridad de quien cree conocer . Y todo esto lo pienso mientras tú te desvaneces de nuevo, y todo lo que te conformaba vuelve a la fusión con el aire vacío, ya no tan vacío a decir verdad, porque de pronto todo ya eres tú, ese jarrón eres tú, ese cuadro eres tú, tú eres también ese espejo que me refleja y que te refleja, imperceptible a la vista tú, pero tú por todos lados y en ninguno en concreto. Extensión infinita de ti, pantevismo.
jueves, 20 de septiembre de 2007
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14 comentarios:
El último párrafo tiene un ritmo maravilloso. Musical, :-)
(me falta "delicia")
Es una delicia.
Eso es dar ánimos y lo demás bobadas. (Cronopio ruborizado).
El primero también es muy bueno. Visual, casi palpable. Material.
Dejaré entonces el primero y el último y amputaré el resto.
¡Nooooo!
:-)
Y no me haga ser mala, ni me tire de la lengua.
Nunca le tiraría de la lengua. Yo no soy de esos.
Gracias a Dios. No hay nada peor que uno "de esos" que besándote, se quiere quedar con ella. O que quiere instalarse en tu boca con la suya, o te pretende tocar la campanilla, o las muelas del juicio, o ahogarte. Y para qué hablar de los que te lamen a lengua entera, en modo vaca.
O los que te la chupan, a modo de frigopie. No. Decididamente tampoco soy de esos. Y a toda mujer que conozco le dejo claro que yo NO RESPIRO POR LAS BRANQUIAS. Por si acaso.
Con lo buenos que son los besos cuando son buenos. Lentos de toda lentitud. Cronopio bonito, ¿se acuerda?
La verdad es que no me acuerdo demasiado. El beso es eso que precede a sacarse la ropa, ¿verdad?
No siempre. A veces precede también a ponérsela.
Entonces lo confirmo. No me acuerdo.
Tengo una amiga de mucha risa que cada vez que sacamos el tema de los besos y el amor y esas cosas y de lo mucho que está en el aire para tanta gente y que por lo visto debe seguir ahí y mientras una está yendo y viniendo a lo suyo pues eso, que está pasando, que habrá gente naturalmente besándose, con todo su amor follándose, siempre dice:
"joder, estamos rodeados de hijos de puta"
(lo de tengo una amiga lo he dicho silbando) ((usted ya me entiende...))
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