jueves, 20 de septiembre de 2007

Mario comenzó a golpear las nalgas de Eva mientras decía algo de un concierto para traserini num. 1, allegro con brío y que ese sólo era el primer movimiento pero que en el tercero irrumpía la percusión de un modo tal que quita de ahí a ese Wagner o a ese Haendel y que cuando terminase si quería podía aplaudir aunque no era necesario pero que si aplaudía tendría el bis asegurado, incluso podría empezar da capo, cosa de tener todo ordenadito, no vaya a ser que se perdiese entre tanta nota musical. Eva reía, como hacía siempre que Mario comenzaba a hablar del sexo de los ángeles. Sexo de los Ángeles, que a tiempo viene la frase, pensó Eva. Mientras tanto, Mario, dale que dale al pentagrama y a la percusión. Y todos tan contentos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días. Me he logrado colar para mandarle un saludo.