lunes, 24 de septiembre de 2007

DOS ANOTACIONES DE LOS CUADERNOS DE MARIO


ANOTACION PRIMERA

...Y volvemos a la escritura como quien vuelve a un refugio, como si en la escritura todo se ordenase, todo alcanzase su forma, su secreta naturaleza. Intentamos dar sentido al sinsentido aparente.
Y nunca lo conseguimos. Por eso seguimos escribiendo como idiotas, para encontrar la mandala que todo lo resuma y lo contenga, para poder ver con los ojos de un dios aquello que jamás conoceremos.
Pero que lejos está ese paraíso. Adán al revés es nada. Adán es nada.


ANOTACIÓN SEGUNDA

...Y entonces termino de amarte (porque hacer el amor es mucho más que el puro acto físico y sagrado aludido en esa palabra). Y yo te amo, y tú a mí, y somos dos límites que se rozan, que quieren ir más allá y saben que no pueden ir más allá. Amar es el acto de una imposibilidad, una unión imposible. Y somos dos espíritus que gimen, gritan, se muerden y arañan. Dos espíritus que quieren trascender hacia el otro en sus empujes. Y sólo en el clímax llegan a acercarse. Y por eso esa falsa unión es placentera, porque se disipan las fronteras de los cuerpos y de repente vamos y venimos, vamos y venimos como en un lento agonizar. Hasta que tú pareces escaparte por fin de tus frágiles contornos, borrosos como en una foto movida (aunque ninguno de los espejos que existan puedan reflejarlo). Y somos todo placer no bordes solo por un momento que apenas puede registrarse en ningún reloj humano. Y después de esto sólo cabe el silencio o el llanto o la risa antes de ese rasgamiento final de cuerpos, ese volver a uno mismo tan lejos ya del otro.
Y después siempre volvemos a empezar. Llega el deseo, la fricción. Pero Adán es nada.

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