lunes, 22 de octubre de 2007

Absorción de las formas por el vacío y del vacío por las formas. Zen de la palabra. ¿Cómo desatar los nudos que unen el lenguaje y el sentido? Si las formas nos dirigen hacía un sentido vacío, partamos del vacío hacia unas nuevas formas o creemos unas nuevas formas para llegar a un sentido distinto. Metafísica de los vasos comunicantes. Uno se llena, el otro se vacía o uno se vacía el otro se vacía o los dos se van a freír puñetas e importamos nuevamente otras formas que traigan un distinto contenido. ¿Se buscan las palabras cómo las notas que se quieren? ¿Existen los discursos pentagrama?¿Algo esculpido ya en la piedra? ¿Por qué la lógica tiene que ser lineal? Eva, Eva, ¿ por cuánto tiempo puedo apartarte de mí? ¿ Doce horas? ¿El tiempo de urdir algún discurso? ¿Sé que en algún punto me esperas? ¿A cuatro días de haber caminado 4 kilómetros tras una nota de Shostakovich? ¿En el momento de alguna conjunción astral si yo digo "avohé, avohé"? Sé que resolveré este problema. Que una vez resuelto, todo se llenará de sentido y las formas mutarán o transmutarán o morirán o se reencarnarán. A veces toco la flauta, que no sé tocar, y creo oír una nota, no ya un ruido sino una nota, clara, limpia, diferente, y creo que ese puede ser el primer paso, y tal vez el recuerdo de algo un segundo, y quizás el sentido del tacto, resurgido, sea el tercer paso del nuevo alfabeto, o tal vez haya que descubrir un nuevo alfabeto que sea la conjunción de todas las alfas y las betas en perfecta sincronía / sinfonía esa nota simple y el sentido del tacto y el rumor de palabras que van uniéndose como en un río que todo lo unifica y que me lleva hacia mí y hacia ti o que nos lleva con él juntos y posiblemente no seamos los únicos que el río lleve y el río sea el tiempo que está lleno de cosas pero no de segundos sino de pequeños pero numerosas llámeselos como se quiera atados entre sí fuera de las formas y los contenidos que han sido absorbidos por esa nada zen que se deshace y se hace y que nos conforma y todo a veces parece tan simple como el lenguaje Rómpele el cuello al cisne errático y arrogante de engañoso plumaje, incómodo, inútil puto cisne al que hay que romper el cuello.

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